domingo, 7 de febrero de 2016

Tortuga asada: una comida sagrada

Una vivencia de la prehistoria  de la humanidad que aun se practica.

Por Maritza Barranco

Tortuga Caguama - Caretta Caretta


La Cueva de Qesem es un yacimiento arqueológico y paleoantropológico situado 12 kilómetros al este de Tel-Aviv (Israel) y datado en el Paleolítico Inferior. Ocupada por antiguos seres humanos desde épocas muy tempranas, se ha descubierto recientemente que sus ancestrales ocupantes ya se alimentaban de tortugas a la brasa hace decenas de miles de años.
El hallazgo de señales de procesamiento humano sobre restos fósiles de caparazón y huesos de tortuga en la Cueva de Qesem demuestra que su consumo se remonta a épocas muy antiguas, según fuentes universitarias.
El equipo de investigación, del que también forman parte los directores del proyecto de excavaciones de Qesem, Ran Barkai y Avi Gopher , del departamento de Arqueología de la Universidad de Tel Aviv , encontró fragmentos de caparazón y huesos de extremidades de tortuga con marcas de cortes, fracturas intencionadas y señales de cremación, lo que indicaría que el consumo de dichos reptiles tuvo lugar en más de una ocasión a lo largo de los 200.000 años de formación sedimentaria del yacimiento.
Las tortugas marinas forman parte de la clasificación científica: familia Chelonioidea).
Son reptiles de sangre fría y habitan en todos los océanos tropicales. Son exclusivamente marinas, pero tocan tierra solamente para anidar. Los mares alrededor de la Península de Baja California son áreas importantes para la alimentación y crecimiento de cinco de las siete especies de tortugas marinas del mundo.
 
Otras victimas de la depredación humana
El primer espécimen de Archelon (YPM 3000) fue recolectado en la Caliza de Pierre en Dakota del Sur por Dr. G.R. Wieland en 1895 y fue descrito por él en el año siguiente (Wieland, 1896). El mayor fósil de Archelon, hallado también en la Caliza de Pierre en la década de 1970. Era una tortuga marina. Los fósiles de Archelon datan de hace 75-65 millones de años, pero siempre ha tenido una mística sobre su consumo.
En el noroeste de México el consumo de caguama era tradicional entre las etnias seri de Sonora y muy probablemente también entre los indígenas californios de la Península. Durante muchos años se consumió este animal como fuente de proteína ya que el abasto de otro tipo de carnes rojas era muy escaso; poco a poco esta situación fue cambiando, pero subsistió la tradición del consumo de caguama, especialmente durante la cuaresma  -de Semana Santa-como un sustituto de la carne roja. Se les atribuye facultades afrodisíacas. Los carapachos eran conservados y exhibidos como testigo de ritos o trofeos de consumo.
En el noroeste de México el consumo de caguama es tradicional entre las etnias seri de Sonora y muy probablemente también entre los indígenas californios de la Península.
Durante muchos años se consumió este animal como fuente de proteína ya que el abasto de otro tipo de carnes rojas era muy escaso.
 


Una investigadora hizo una serie de entrevistas a pescadores de caguama y estimó que se capturan más de 6000 animales cada año con el fin de venderlos para su consumo, ya sea en los lugares donde se capturaron o para mandarlos a lugares como Los Cabos, Tijuana, Ensenada y hasta San Diego y Los Ángeles dónde hay restaurantes dónde cocinan esa carne.
 
 

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