Un pedazo de África en suelo dominicano
África como cuna de la humanidad; y el que sostiene que las raíces africanas permean nuestra cultura dominicana, antillana y caribeña.
SANTO DOMINGO.- Con el título “Madre África”, se abrió en el Museo del Hombre Dominicano, la más grande muestra del arte de la Madre África que se haya presentado en el país, contentiva de 55 esculturas originales de gran valor que abarca obras y láminas de los siglos 17, 18, 19 y 20, todos de un altísimo nivel de calidad estética y de un invaluable interés etnológico, refiere hoy el Listín Diario.
Madre África es una muestra de arte clásico ritual-africano, con esculturas que en gran parte representan el concepto de la maternidad, plasmadas en obras maestras del arte africano tradicional., Recorre las creencias religiosas y mágicas del Sur del Sahara, de África Occidental, de África Central, hasta África del Sur y África Oriental.
La muestra inaugural se complementó con una selección de poemas africanos y con la ambientación de los cantos rituales de raíz africana, interpretados por el estudioso cubano Rogelio Martínez Furé, posteriormente a la inauguración se realizarán actividades que incluyen coloquios, eventos artísticos y visitas guiadas por jóvenes, adultos y especialistas.
Madre África: desmitificando nuestros orígenesLa exposición posibilita que los visitantes contactemos una cultura milenaria, que conforma parte esencial de nuestro origen étnico, el que pese a su inocultable presencia nos ha resultado distante y desconocida por la intelectualidad nacional que tradicionalmente omite nuestros ancestros raciales, prevaleciendo el de origen español y hasta el taíno, más valorado que de procedencia africana.
Madre África, es un apasionamiento recorrido por una cultura que nos atañe medularmente, que contribuirá sin dudas a desmitificar nuestro origen étnico, y que muestra la base religiosa, las creencias, los cultos y rituales y un estilo artístico propio que apreciamos en su justa valoración y que revelan el trabajo cuidadoso de sus escultores y artesanos.
El museólogo Reynold Kerr, comisario de la muestra, resaltó el valor estético y resonancia misteriosa y mágica de las piezas expuestas, las cuales alcanzan niveles impresionantes tanto para especialistas como para el público en general.
El catálogo de la exposición fue diseñado por Christian Fenzel, decano de la Escuela Superior de Diseño de Linz, Austria, y se convoca en un valioso auxiliar para interpretar el arte africano.
La primera vez que se expuso esta colección fue en el 2001, para conmemorar los 500 años de la llegada de los primeros esclavos a Santo Domingo, en el Centro Schomburg, de Harlem, New York; este centro es el mayor depositario de documentos sobre la diáspora africana a nivel mundial.
De New York la exposición viajó al Centro Duque de Madrid, luego a Tenerife y Regenta en Las Palmas de Gran Canaria, y de aquí a Santo Domingo, adonde llegaron los primeros esclavos venidos al Nuevo Mundo.Entre los participantes en el programa de eventos colaterales a la muestra se destacan especialistas en arte africano de amplio prestigio internacional, entre los que figuran Rogelio Martínez, profesor de la Universidad de La Habana y fundador del Conjunto Folkórico Nacional de Cuba; Ivor Millar, de Boston; la antropóloga y cineasta Sabine Jell- Bahlsen, de Alemania, y el artista etnólogo dominicano Geo Ripley, entre otros especialistas dominicanos.
¿Qué es el arte africano?Según los expertos Jacqueline Delange y Michel Leiris, recogida en la Historia del Arte del Instituto Gallach, sostienen que “Indiscutiblemente, es la escultura en especial de madera”, y aquella en que la madera constituye la materia esencial, la que entre las diferentes artes plásticas, ocupa la posición eminente en el África Negra.
“Madre África” evoca varios conceptos, entre ellos el relativo a la madre sagrada y primordial, asociada a mitos y ritos; de África como cuna de la humanidad.“No sólo las sociedades de base agrícola (que son la mayoría) sacan el trabajo de la madera una gran parte de su material litúrgico y de su material doméstico, sino que el nivel generalmente alto de su escultura-antes de la decadencia que hoy sufre por doquier ñ le ha valido renombre mundial y ha hecho de ella “el arte negro por excelencia “. Puntualiza el texto.
Antillano era la contraseña de los corsarios haitianos para fomentaban la emancipación de los esclavos africanos y de los pueblos indígenas contra la colonización en el Caribe. Así identificamos este sitio creado para conocernos más.
martes, 31 de julio de 2007
domingo, 15 de julio de 2007
Tradiciones cubanas:fiesta del Tambor Yuka
Pinar del Rio./ Entre las fiestas tradicionales de esta provincia se encuentra la del Tambor Yuka que ha sido revitalizado a través de diferentes Grupos Portadores.Dos son los que mantienen estas raíces africanas y son trasmitidas de generación en generación: Tambor Yuka (Guayabo) de Pinar del Río y Tambor Yuka (Barbacoa) de San Luis.
Yuka significa percutir y el elemento esencial de la festividad es el toque de tres tambores (elaborados de cedro o del tronco del árbol del aguacate) conocidos por Caja, Mula y Llamador o Cachimbo, junto al güiro amargo, la guataca, el fotuto y la reja de arado.
La diferencia de ambos grupos radica en que el primero es oriundo de la zona del Guayabo (25 de diciembre) y el segundo (12 y 18 de agosto) realiza sus actividades tanto artísticas como sociales en Barbacoa y en la noche se traslada a la zona del pueblo para desarrollar la fiesta del caballo frente al antiguo ayuntamiento donde se hace una representación de la alcaldesa de sus tiempos y se toca nuevamente el tambor con la presentación de pasajes de bailes de la manifestación.
Estas fiestas se realizan desde principio de siglo y comienza en horas de la mañana con el sacrificio de un puerco, que se sazona y posteriormente es colocado en columpio. Todo esto se hace acompañar del ritmo de la percusión.
En horas del mediodía, se inicia el almuerzo (puerco asado, congrí y yuca) en una zona libre, siempre debajo de un árbol (no uno especifico). Este es servido en platos y cucharas de yagua o barro y la bebida que acompaña la comida es el aguardiente.Para calentar los tambores se utiliza guano y paja seca a la que se le da candela y posteriormente se arrima a una distancia prudencial .
A medida que se calienta, los músicos los van probando dando los toques suaves, buscando siempre su sonoridad.Listos los tambores se realiza el toque deslizando las manos muy rápido por los parches haciendo una percusión uniforme y a la vez variada, utilizando palos, a los que se dan golpes con otros para hacer más rítmico el toque, siendo el sonido parecido al de las claves.
Los bailadores comienzan en pareja con movimientos rápidos bailando al ritmo de los tambores, entonando cantos.
Yuka significa percutir y el elemento esencial de la festividad es el toque de tres tambores (elaborados de cedro o del tronco del árbol del aguacate) conocidos por Caja, Mula y Llamador o Cachimbo, junto al güiro amargo, la guataca, el fotuto y la reja de arado.
La diferencia de ambos grupos radica en que el primero es oriundo de la zona del Guayabo (25 de diciembre) y el segundo (12 y 18 de agosto) realiza sus actividades tanto artísticas como sociales en Barbacoa y en la noche se traslada a la zona del pueblo para desarrollar la fiesta del caballo frente al antiguo ayuntamiento donde se hace una representación de la alcaldesa de sus tiempos y se toca nuevamente el tambor con la presentación de pasajes de bailes de la manifestación.
Estas fiestas se realizan desde principio de siglo y comienza en horas de la mañana con el sacrificio de un puerco, que se sazona y posteriormente es colocado en columpio. Todo esto se hace acompañar del ritmo de la percusión.
En horas del mediodía, se inicia el almuerzo (puerco asado, congrí y yuca) en una zona libre, siempre debajo de un árbol (no uno especifico). Este es servido en platos y cucharas de yagua o barro y la bebida que acompaña la comida es el aguardiente.Para calentar los tambores se utiliza guano y paja seca a la que se le da candela y posteriormente se arrima a una distancia prudencial .
A medida que se calienta, los músicos los van probando dando los toques suaves, buscando siempre su sonoridad.Listos los tambores se realiza el toque deslizando las manos muy rápido por los parches haciendo una percusión uniforme y a la vez variada, utilizando palos, a los que se dan golpes con otros para hacer más rítmico el toque, siendo el sonido parecido al de las claves.
Los bailadores comienzan en pareja con movimientos rápidos bailando al ritmo de los tambores, entonando cantos.
jueves, 12 de julio de 2007
Las Nuevas Maravillas y sus historias antiguas
Las ruinas de Machu Picchu, en Perú, la estatua del Cristo Redentor de Brasil y la pirámide de Chichen Itzá de Yucatan, México han sido categorizadas como patrimonios del mundo al ser seleccinadas como nuevas Maravillas.
Por Maritza Barranco
Como todas las grandes acciones, la selección de las nuevas Maravillas del Mundo han tenido alabanzas y critica, mas soy de las que me inclino ante el cineasta suizo Bernard Weber, por la idea, por la gran convocatoria mundial, por la justicia de la selección.
Hay un saldo subyacente y esta a favor de los hombres y mujeres, tantos, que a lo largo del desarrollo humano han engrandecido el valor tangible del planeta, al margen del desastre ecológico que ha puesto en desequilibrio la supervivencia de múltiples especies.
Pero es innegable que también se ha edificado un universo terrestre diferente y que La tercermundista América Latina exhibe un patrimonio incalculable, el cual es fuente de estudio sobre el pasado de civilizaciones y pueblos desaparecidos. Ahí están el sitio arqueológico de Chichen Itzá, en Yucatán (este), toda la magia y misterio de la onvivencia de la tierra y el Sol.La secretaría de Turismo de México celebró el acontecimiento como "una oportunidad única para mostrar al mundo la grandeza y esplendor de la cultura Maya".
El fenómeno del equinoccio (21/22 marzo y septiembre) en el templo de Kukulcán en Chichén Itzá, sigue conmoviendo a los espectadores. En estas épocas del año, el juego de luz y sombra en el templo, crea esta ilusión óptica: La de una serpiente que se mueve. Miles de entusiastas se reunen en Chichén Itzá para vivir la experiencia de la magia maya. Al observar a la serpiente bajar por el templo, los visitantes se podrán preguntar hacia dónde va. Se ha descubierto que en los días equinocciales, antes de ocultarse el sol entre las 14:15 a 16:50Hrs, las sombras de las esquinas de las plataformas superpuestas del lado norte, se van proyectando de arriba hacia abajo en forma sucesiva en la orilla de la alfarda norte hasta que se forman con claros de luz solar siete ángulos isósceles, de manera que el conjunto se asemeja al cuerpo ondulante de una serpiente que parece descender de la pirámide porque el séptimo triángulo coincide con la garganta del reptil que está al principio de la alfarda. Este fenómeno dura unos minutos conforme el sol se oculta, y los triángulos van desapareciendo en orden inverso, o sea de abajo hacia arriba
Los mayas se asentaron en la península de Yucatán en 415 de nuestra era y se estima que el templo de Kukulcán fue construido entre los años 967 y 987. Chichén Itzá fue fundada a inicios del siglo VI d.C. por la presencia de numerosas peregrinaciones al gran Cenote Sagrado, donde se ofrecían sacrificios al dios de la lluvia Chac, y abandonada hacia el año 670. Reconstruida unos trescientos años más tarde, cuando los itzaes regresaron a la región, se convirtió en la ciudad más importante de todo el norte de Yucatán y en el centro de la cultura maya. En torno al año 1200 la ciudad fue conquistada por los toltecas, invasores procedentes del norte de México, quienes promovieron su desarrollo aún más. Fue abandonada un siglo antes de la llegada de los españoles. La civilización maya sigue siendo un misterio. Durante la conquista, los evangelizadores prácticamente acabaron con todo el conocimiento escrito de este pueblo. El pueblo maya tenía códices o libros que lamentablemente fueron quemados. Kukulcán, es símbolo de dominio matemático y arquitectónico. La perfección del conocimiento maya provocó que los itzáes construyeran este edificio con una desviación de 20 grados 30 minutos y 30 segundos con relación al noroeste, lo que permite en los equinoccios que coincida con la eclíptica, ángulo de desviación que tiene la Tierra. El Castillo de Kukulcán en Chichén Itzá, que hoy es una de las Siete Nuevas Maravillas del Mundo
En Perú también hubo festejos tras la designación de las ruinas de Machu Pichu como una de las siete maravillas del mundo.
Nadie duda de que se trataba de un santuario de rango superior levantado en un lugar privilegiado a siete u ocho jornadas a pie de la ciudad del Cusco. En Machu Picchu quedan los restos de edificios que estuvieron cubiertos de oro, presumiblemente con jardines de fantasía, ídolos y ofrendas, como los del templo del Qorikancha en el Cusco. Quedan también otros templos y palacios, todos adyacentes y cuidadosamente construidos, cruzados por una red de finas fuentes de agua labradas en la roca, altares, observatorios cósmicos y múltiples espacios para el culto a los muertos, desde los que se puede gozar durante muchos días del año del espectáculo de los arcos iris que nacen y mueren muy cerca de los ojos. Se sitúa a 2 360 msnm y a unos 112 km por ferrocarril al norte de la ciudad del Cusco; es decir, a aproximadamente 1 000 m más abajo que esta, que está a 3 408 msnm.
El entorno natural es boscoso, tropical y lluvioso. Se encuentra en medio de montañas de fuerte pendiente y está flanqueado por el profundo cañón que forma el río Urubamba a su paso por esta parte de la cuenca del Vilcanota. El Urubamba es el mismo río que da origen al Valle Sagrado de los Incas, transformado hábilmente con sistemas de riego, la canalización de su cauce y la habilitación de terrazas para fines agrícolas y habitacionales. En esta parte, sin embargo, se forma un cañón de tal profundidad y de laderas tan abruptas que sólo permitió la construcción de terrazas agrícolas. En medio de este paisaje se construyó la ciudadela de Machu Picchu.
El sitio era conocido como Picchu, Piccho, o Picho, durante la época colonial y constaba de dos partes: Machu ("viejo") y Wayna ("joven"). Picchu quiere decir "cerro" y, por lo tanto, el nombre es simplemente descriptivo. Bien pudo ser Patallaqta ("pueblo en lo alto"), que era el "pueblo" o la "casa" donde se guardaba la momia de Pachakuteq. En la ciudadela de Machu Picchu vivían pocas personas -probablemente no más de 200 o 300-, y, si la sospecha es cierta, todas ellas eran de alto rango y estaban ligadas al linaje del Inca; es decir, eran descendientes del fundador del Tawantinsuyu.
Mientras en Brasil, la principal celebración se cumplió en el cerro del Corcovado, donde se encuentra el monumento elegido, con una misa al aire libre y el Cristo elevado entre las nubes, ataviado por algunos rayos de Sol que lo adornaban y los hombres y mujeres alli congregados levantando la plegaria universal por la paz y el amor.
A los pies de la nueva 'maravilla del mundo', el gobernador del Estado de Rio de Janeiro, Sergio Cabral, dijo que la elección 'es una victoria que eleva aún más a Rio como uno de los destinos más deseados y admirados del mundo. Gracias, Brasil'.
En el Caribe acogemos con beneplácito tales designaciones. Vivir en Dominicana se suma a esta fiesta de la arquitectura universal.
Por Maritza Barranco
Como todas las grandes acciones, la selección de las nuevas Maravillas del Mundo han tenido alabanzas y critica, mas soy de las que me inclino ante el cineasta suizo Bernard Weber, por la idea, por la gran convocatoria mundial, por la justicia de la selección.
Hay un saldo subyacente y esta a favor de los hombres y mujeres, tantos, que a lo largo del desarrollo humano han engrandecido el valor tangible del planeta, al margen del desastre ecológico que ha puesto en desequilibrio la supervivencia de múltiples especies.
Pero es innegable que también se ha edificado un universo terrestre diferente y que La tercermundista América Latina exhibe un patrimonio incalculable, el cual es fuente de estudio sobre el pasado de civilizaciones y pueblos desaparecidos. Ahí están el sitio arqueológico de Chichen Itzá, en Yucatán (este), toda la magia y misterio de la onvivencia de la tierra y el Sol.La secretaría de Turismo de México celebró el acontecimiento como "una oportunidad única para mostrar al mundo la grandeza y esplendor de la cultura Maya".
El fenómeno del equinoccio (21/22 marzo y septiembre) en el templo de Kukulcán en Chichén Itzá, sigue conmoviendo a los espectadores. En estas épocas del año, el juego de luz y sombra en el templo, crea esta ilusión óptica: La de una serpiente que se mueve. Miles de entusiastas se reunen en Chichén Itzá para vivir la experiencia de la magia maya. Al observar a la serpiente bajar por el templo, los visitantes se podrán preguntar hacia dónde va. Se ha descubierto que en los días equinocciales, antes de ocultarse el sol entre las 14:15 a 16:50Hrs, las sombras de las esquinas de las plataformas superpuestas del lado norte, se van proyectando de arriba hacia abajo en forma sucesiva en la orilla de la alfarda norte hasta que se forman con claros de luz solar siete ángulos isósceles, de manera que el conjunto se asemeja al cuerpo ondulante de una serpiente que parece descender de la pirámide porque el séptimo triángulo coincide con la garganta del reptil que está al principio de la alfarda. Este fenómeno dura unos minutos conforme el sol se oculta, y los triángulos van desapareciendo en orden inverso, o sea de abajo hacia arriba
Los mayas se asentaron en la península de Yucatán en 415 de nuestra era y se estima que el templo de Kukulcán fue construido entre los años 967 y 987. Chichén Itzá fue fundada a inicios del siglo VI d.C. por la presencia de numerosas peregrinaciones al gran Cenote Sagrado, donde se ofrecían sacrificios al dios de la lluvia Chac, y abandonada hacia el año 670. Reconstruida unos trescientos años más tarde, cuando los itzaes regresaron a la región, se convirtió en la ciudad más importante de todo el norte de Yucatán y en el centro de la cultura maya. En torno al año 1200 la ciudad fue conquistada por los toltecas, invasores procedentes del norte de México, quienes promovieron su desarrollo aún más. Fue abandonada un siglo antes de la llegada de los españoles. La civilización maya sigue siendo un misterio. Durante la conquista, los evangelizadores prácticamente acabaron con todo el conocimiento escrito de este pueblo. El pueblo maya tenía códices o libros que lamentablemente fueron quemados. Kukulcán, es símbolo de dominio matemático y arquitectónico. La perfección del conocimiento maya provocó que los itzáes construyeran este edificio con una desviación de 20 grados 30 minutos y 30 segundos con relación al noroeste, lo que permite en los equinoccios que coincida con la eclíptica, ángulo de desviación que tiene la Tierra. El Castillo de Kukulcán en Chichén Itzá, que hoy es una de las Siete Nuevas Maravillas del Mundo
En Perú también hubo festejos tras la designación de las ruinas de Machu Pichu como una de las siete maravillas del mundo.
Nadie duda de que se trataba de un santuario de rango superior levantado en un lugar privilegiado a siete u ocho jornadas a pie de la ciudad del Cusco. En Machu Picchu quedan los restos de edificios que estuvieron cubiertos de oro, presumiblemente con jardines de fantasía, ídolos y ofrendas, como los del templo del Qorikancha en el Cusco. Quedan también otros templos y palacios, todos adyacentes y cuidadosamente construidos, cruzados por una red de finas fuentes de agua labradas en la roca, altares, observatorios cósmicos y múltiples espacios para el culto a los muertos, desde los que se puede gozar durante muchos días del año del espectáculo de los arcos iris que nacen y mueren muy cerca de los ojos. Se sitúa a 2 360 msnm y a unos 112 km por ferrocarril al norte de la ciudad del Cusco; es decir, a aproximadamente 1 000 m más abajo que esta, que está a 3 408 msnm.
El entorno natural es boscoso, tropical y lluvioso. Se encuentra en medio de montañas de fuerte pendiente y está flanqueado por el profundo cañón que forma el río Urubamba a su paso por esta parte de la cuenca del Vilcanota. El Urubamba es el mismo río que da origen al Valle Sagrado de los Incas, transformado hábilmente con sistemas de riego, la canalización de su cauce y la habilitación de terrazas para fines agrícolas y habitacionales. En esta parte, sin embargo, se forma un cañón de tal profundidad y de laderas tan abruptas que sólo permitió la construcción de terrazas agrícolas. En medio de este paisaje se construyó la ciudadela de Machu Picchu.
El sitio era conocido como Picchu, Piccho, o Picho, durante la época colonial y constaba de dos partes: Machu ("viejo") y Wayna ("joven"). Picchu quiere decir "cerro" y, por lo tanto, el nombre es simplemente descriptivo. Bien pudo ser Patallaqta ("pueblo en lo alto"), que era el "pueblo" o la "casa" donde se guardaba la momia de Pachakuteq. En la ciudadela de Machu Picchu vivían pocas personas -probablemente no más de 200 o 300-, y, si la sospecha es cierta, todas ellas eran de alto rango y estaban ligadas al linaje del Inca; es decir, eran descendientes del fundador del Tawantinsuyu.
Mientras en Brasil, la principal celebración se cumplió en el cerro del Corcovado, donde se encuentra el monumento elegido, con una misa al aire libre y el Cristo elevado entre las nubes, ataviado por algunos rayos de Sol que lo adornaban y los hombres y mujeres alli congregados levantando la plegaria universal por la paz y el amor.
A los pies de la nueva 'maravilla del mundo', el gobernador del Estado de Rio de Janeiro, Sergio Cabral, dijo que la elección 'es una victoria que eleva aún más a Rio como uno de los destinos más deseados y admirados del mundo. Gracias, Brasil'.
En el Caribe acogemos con beneplácito tales designaciones. Vivir en Dominicana se suma a esta fiesta de la arquitectura universal.
miércoles, 11 de julio de 2007
Republica Dominicana, el eterno descubrimiento
Por Mariza Barranco
República Dominicana emerge de los mares por donde el Sol tropieza, se expande y sigue su ruta hasta las casas habitadas ofreciendo su luz y se queda dueña para perseguir las sombras.
Los viajeros del siglo XXI llegamos a esta ciudad primada, y encontramos la historia desbordando los instintos y por todas partes se siente ese erotismo que hace de Dominicana un lugar de misterio placentero. Esta es una ciudad sin deslumbramientos, aunque las torres, símbolo de modernidad y fortuna, despuntan en el paisaje capitalino que con fuerza incontenible se proyecta hacia la modernidad.
Metro, puentes peatonales, nuevos centros nocturnos y restaurantes y gente de todas partes conforman la fotografía social de este país desbordante, donde la música reina y sublimiza. Aquí las aguas lo refrescan todo, lo embellecen todo, cualquiera que se el punto de observación de tanto mar y de tanta tierra enriquecida, aunque el dominicano entra y sale hacia otros pueblo en busca de otras fortunas.
Pero el viajero, ese que desde cualquier aeropuerto llega y camina El Conde, el parque Independencia y disfruta el paseo de la Catedral ese busca el secreto de los que una vez llegaron y no hubo regreso.
En Dominicana los apegos y preferencias vienen cuando se traspasan los secretos de la gente, los olores, las sazones, cuando comes chivo en la carretera o puerco ahumado, con su punto de sal y limón. El problema de salir y volver a Dominicana es la búsqueda, el reencuentro con lo primitivo, con lo inexplicable, la comunión que se crea con lo que no se ve y se siente. Este es un lugar al que siempre se regresa. Para conocerla hay que tener listos los cinco sentidos. Sus habitantes hablan rapidísimo y tragan las palabras, pero si sigues su acento, llegas a saber si te hablan con el cerebro o con el corazón. Nada apura a un dominicano, «más pa' lante vive gente». dicen, llamando a la calma porque, según comenta el viejo Ismael Peña,«poco a poco todo se resuelve». Los dominicanos creen en Dios y van a misa, pero la influencia Vudú, temida y descategorizada, está presente en todo. En la magia de las flores, en el uso de los colores, cuando evocan a «Papá Dios», expresión nacida del barracón africano. Los dominicanos gustan de la música y el dinero: derrochan amor. Virtudes Morillo, una amiga pedagoga mostrándome los paisajes de orquídeas y amapolas me dijo: «Dominicana es una sucursal del cielo», dando la imagen que sintetizaba lo bello y lo desconocido.
ORÍGENES
Cuando los españoles llegaron, los indios lacayos, ciguayos y taínos poblaban estos parajes donde los helechos gigantes salpican a los viajeros durante su travesía, y las dormideras se cierran al paso indoblable de los hombres. La Cigua, ave nacional, volaba mucho más alto, hasta llegar a la copa de la palma real y desde allí vio como cambió el rumbo del viento y emigraron muchos pájaros para crear en este suelo la mayor biodiversidad del Caribe. «Estos hombres hermosos -según describen documentos históricos- vivían en sana comunidad pescando y recolectando, aunque conocían las armas de defensa, pues los Caribes usaban la fuerza y avanzaban hacia nuevos territorios». Entre enero y febrero florecen las amapolas cubriendo el paisaje con un rojo y verde incandescente que hace que el paisaje limite con lo divino. Los girasoles cubren los caminos por donde se abren paso los fluviales. Centenares de ríos integran la geografía dominicana y alivian con su humedad a un sol castigador y sofocante. El río más largo es el Artibonito, de torrente muy fuerte, con 321 kilómetros de longitud, que traspasa el territorio, entra a Haití y muere en el Mar Caribe. Muy querido y además centro de la vida de muchas comunidades es el Yaque del Norte. El Yuna tiene 209 kilómetros, el Yaque del sur corre en 183 kilómetros de distancia y el Ozama cubre 148. Otros ríos de importancia son el Camú, el Nizao y Mao, todos con sus nombres aborígenes. Los afluentes dominicanos son portadores de la humedad en una geografía sumamente caliente de marzo a octubre, con picos sofocantes en junio, julio y agosto, como en todo el Caribe. Constituyen una tipicidad de esta Isla los niveles de temperatura que se registran en Constanza y Jarabacoa, "donde siempre hay frío", a decir de sus habitantes. HISTORIA
«Quisqueya» era el nombre aborigen de esta Isla: «Madre de todas las tierras», luego Cristóbal Colón, al llegar en 1492, la nombró «La Española» (entonces territorio que abarcaba lo que es hoy República Dominicana y Haití), y el 4 de agosto de 1494 Bartolomé Colón llamó La Isabela a la primera ciudad que se construyó en Puerto Plata, por la costa norte, pero los aborígenes la destruyeron. Con los restos de madera de una de sus naves, Cristóbal Colón construyó un fuerte, iniciando así la colonización europea de América. Años más tarde se empezó la construcción de la ciudad de Santo Domingo, donde se estableció un virreinato. En 1697 una parte del territorio fue conquistada por los franceses, mientras que el este continuó bajo el poder de los españoles. En 1821 el tesorero colonial, José Núñez de Cáceres, proclamó la independencia de Santo Domingo. Esta independencia duró muy poco tiempo, ya que en 1822 los haitianos invadieron y ocuparon la colonia durante 22 años, hasta que el 27 de febrero de 1844, fue proclamada la independencia. Convulsos procesos políticos ha sufrido esta nación caribeña, incluidas intervenciones militares de los Estados Unidos.
LA NOCHE
Ahí es donde empiezan los misterios. Su cielo es muy despejado y reinan las constelaciones. En las calles se ven pocas personas en los sitios residenciales, pero la ciudad vive. La iniciativa privada copa al malecón donde el mar golpea, zumba y atrapa. El Malecón de Santo Domingo es un lugar de placer. El turista llega buscando un merengue, y baila y se desborda en la sensualidad que expide la naturaleza caribeña. Luego termina oyendo bachata, un ritmo amargo, profundo, de acordes fusionados, pero auténtico en el cual cruzan las piernas los bailadores hasta suponer un abrazo carnal, breve, pero insinuante. Así es el dominicano: un pasaje por los placeres, un llamado a los instintos, un contacto con la alegría. Un lugar sorprendente es La Guacara Taína, más al sur; en el trayecto del malecón un cartel rústico identifica la entrada a una cueva profunda donde se baila y se bebe en un ambiente muy especial. Pero no es necesario visitar un lugar específico para que todo adquiera un colorido y sabor especial, muy caribeño, al ritmo del merengue que generalmente acompaña el deambular de la gente. Es tradición entre los dominicanos bailar en las calles pintadas de colores tropicales, al compás de esta música tan peculiar que desencadena la característica pasión de los habitantes de esta región caribeña. Ya en 1795, el Padre Labat, un francés que desembarcó en la isla escribía: «El baile es en Santo Domingo la pasión favorita y no creo que haya en el mundo pueblo más apegado a la danza». Por tanto, Santo Domingo vive la huella española no sólo en su arquitectura; también en su música, su cocina, sus costumbres... Pero el bullicio de los mercados callejeros tiene su máxima expresión en el Mercado Modelo. Aquí se exhiben con orgullo elixires de amor, bebedizos contra los malos espíritus, todo tipo de artilugios de santería, café, ron, tabaco, artesanía en madera, ámbar: la esencia del Caribe en un solo sitio. Después de un recorrido, especialmente por la ciudad colonial, estará cargado de nuevas esencias, de la satisfacción que acompaña a un nuevo descubrimiento. El dominicano contagia al visitante en su gusto por disfrutar la vida. «Dominicana es el cielo», dice una natural del lugar. En sus maravillosas playas y balnearios; en el alucinante carnaval que todos disfrutan, están presentes el hombre dominicano, su cultura y el entorno de un lugar de leyenda.
República Dominicana emerge de los mares por donde el Sol tropieza, se expande y sigue su ruta hasta las casas habitadas ofreciendo su luz y se queda dueña para perseguir las sombras.
Los viajeros del siglo XXI llegamos a esta ciudad primada, y encontramos la historia desbordando los instintos y por todas partes se siente ese erotismo que hace de Dominicana un lugar de misterio placentero. Esta es una ciudad sin deslumbramientos, aunque las torres, símbolo de modernidad y fortuna, despuntan en el paisaje capitalino que con fuerza incontenible se proyecta hacia la modernidad.
Metro, puentes peatonales, nuevos centros nocturnos y restaurantes y gente de todas partes conforman la fotografía social de este país desbordante, donde la música reina y sublimiza. Aquí las aguas lo refrescan todo, lo embellecen todo, cualquiera que se el punto de observación de tanto mar y de tanta tierra enriquecida, aunque el dominicano entra y sale hacia otros pueblo en busca de otras fortunas.
Pero el viajero, ese que desde cualquier aeropuerto llega y camina El Conde, el parque Independencia y disfruta el paseo de la Catedral ese busca el secreto de los que una vez llegaron y no hubo regreso.
En Dominicana los apegos y preferencias vienen cuando se traspasan los secretos de la gente, los olores, las sazones, cuando comes chivo en la carretera o puerco ahumado, con su punto de sal y limón. El problema de salir y volver a Dominicana es la búsqueda, el reencuentro con lo primitivo, con lo inexplicable, la comunión que se crea con lo que no se ve y se siente. Este es un lugar al que siempre se regresa. Para conocerla hay que tener listos los cinco sentidos. Sus habitantes hablan rapidísimo y tragan las palabras, pero si sigues su acento, llegas a saber si te hablan con el cerebro o con el corazón. Nada apura a un dominicano, «más pa' lante vive gente». dicen, llamando a la calma porque, según comenta el viejo Ismael Peña,«poco a poco todo se resuelve». Los dominicanos creen en Dios y van a misa, pero la influencia Vudú, temida y descategorizada, está presente en todo. En la magia de las flores, en el uso de los colores, cuando evocan a «Papá Dios», expresión nacida del barracón africano. Los dominicanos gustan de la música y el dinero: derrochan amor. Virtudes Morillo, una amiga pedagoga mostrándome los paisajes de orquídeas y amapolas me dijo: «Dominicana es una sucursal del cielo», dando la imagen que sintetizaba lo bello y lo desconocido.
ORÍGENES
Cuando los españoles llegaron, los indios lacayos, ciguayos y taínos poblaban estos parajes donde los helechos gigantes salpican a los viajeros durante su travesía, y las dormideras se cierran al paso indoblable de los hombres. La Cigua, ave nacional, volaba mucho más alto, hasta llegar a la copa de la palma real y desde allí vio como cambió el rumbo del viento y emigraron muchos pájaros para crear en este suelo la mayor biodiversidad del Caribe. «Estos hombres hermosos -según describen documentos históricos- vivían en sana comunidad pescando y recolectando, aunque conocían las armas de defensa, pues los Caribes usaban la fuerza y avanzaban hacia nuevos territorios». Entre enero y febrero florecen las amapolas cubriendo el paisaje con un rojo y verde incandescente que hace que el paisaje limite con lo divino. Los girasoles cubren los caminos por donde se abren paso los fluviales. Centenares de ríos integran la geografía dominicana y alivian con su humedad a un sol castigador y sofocante. El río más largo es el Artibonito, de torrente muy fuerte, con 321 kilómetros de longitud, que traspasa el territorio, entra a Haití y muere en el Mar Caribe. Muy querido y además centro de la vida de muchas comunidades es el Yaque del Norte. El Yuna tiene 209 kilómetros, el Yaque del sur corre en 183 kilómetros de distancia y el Ozama cubre 148. Otros ríos de importancia son el Camú, el Nizao y Mao, todos con sus nombres aborígenes. Los afluentes dominicanos son portadores de la humedad en una geografía sumamente caliente de marzo a octubre, con picos sofocantes en junio, julio y agosto, como en todo el Caribe. Constituyen una tipicidad de esta Isla los niveles de temperatura que se registran en Constanza y Jarabacoa, "donde siempre hay frío", a decir de sus habitantes. HISTORIA
«Quisqueya» era el nombre aborigen de esta Isla: «Madre de todas las tierras», luego Cristóbal Colón, al llegar en 1492, la nombró «La Española» (entonces territorio que abarcaba lo que es hoy República Dominicana y Haití), y el 4 de agosto de 1494 Bartolomé Colón llamó La Isabela a la primera ciudad que se construyó en Puerto Plata, por la costa norte, pero los aborígenes la destruyeron. Con los restos de madera de una de sus naves, Cristóbal Colón construyó un fuerte, iniciando así la colonización europea de América. Años más tarde se empezó la construcción de la ciudad de Santo Domingo, donde se estableció un virreinato. En 1697 una parte del territorio fue conquistada por los franceses, mientras que el este continuó bajo el poder de los españoles. En 1821 el tesorero colonial, José Núñez de Cáceres, proclamó la independencia de Santo Domingo. Esta independencia duró muy poco tiempo, ya que en 1822 los haitianos invadieron y ocuparon la colonia durante 22 años, hasta que el 27 de febrero de 1844, fue proclamada la independencia. Convulsos procesos políticos ha sufrido esta nación caribeña, incluidas intervenciones militares de los Estados Unidos.
LA NOCHE
Ahí es donde empiezan los misterios. Su cielo es muy despejado y reinan las constelaciones. En las calles se ven pocas personas en los sitios residenciales, pero la ciudad vive. La iniciativa privada copa al malecón donde el mar golpea, zumba y atrapa. El Malecón de Santo Domingo es un lugar de placer. El turista llega buscando un merengue, y baila y se desborda en la sensualidad que expide la naturaleza caribeña. Luego termina oyendo bachata, un ritmo amargo, profundo, de acordes fusionados, pero auténtico en el cual cruzan las piernas los bailadores hasta suponer un abrazo carnal, breve, pero insinuante. Así es el dominicano: un pasaje por los placeres, un llamado a los instintos, un contacto con la alegría. Un lugar sorprendente es La Guacara Taína, más al sur; en el trayecto del malecón un cartel rústico identifica la entrada a una cueva profunda donde se baila y se bebe en un ambiente muy especial. Pero no es necesario visitar un lugar específico para que todo adquiera un colorido y sabor especial, muy caribeño, al ritmo del merengue que generalmente acompaña el deambular de la gente. Es tradición entre los dominicanos bailar en las calles pintadas de colores tropicales, al compás de esta música tan peculiar que desencadena la característica pasión de los habitantes de esta región caribeña. Ya en 1795, el Padre Labat, un francés que desembarcó en la isla escribía: «El baile es en Santo Domingo la pasión favorita y no creo que haya en el mundo pueblo más apegado a la danza». Por tanto, Santo Domingo vive la huella española no sólo en su arquitectura; también en su música, su cocina, sus costumbres... Pero el bullicio de los mercados callejeros tiene su máxima expresión en el Mercado Modelo. Aquí se exhiben con orgullo elixires de amor, bebedizos contra los malos espíritus, todo tipo de artilugios de santería, café, ron, tabaco, artesanía en madera, ámbar: la esencia del Caribe en un solo sitio. Después de un recorrido, especialmente por la ciudad colonial, estará cargado de nuevas esencias, de la satisfacción que acompaña a un nuevo descubrimiento. El dominicano contagia al visitante en su gusto por disfrutar la vida. «Dominicana es el cielo», dice una natural del lugar. En sus maravillosas playas y balnearios; en el alucinante carnaval que todos disfrutan, están presentes el hombre dominicano, su cultura y el entorno de un lugar de leyenda.
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